Los llamados olvidos/fallos de memoria son un síntoma muy heterogéneo; no siempre se trata de un problema estricto de memoria sino que puede haber otros sistemas cognitivos implicados, como por ejemplo la atención. Además, son muy diversas las causas que pueden afectar a dichos sistemas cognitivos.

Una entrevista con el paciente y con su entorno cercano así como una evaluación cognitiva pueden ayudar a determinar si existe un problema y cómo abordarlo.

Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), alrededor de un 46% de la población española presenta algún tipo de dolor de cabeza (cefalea) activa y el 4% sufre algún tipo de cefalea crónica (es decir, dolor de cabeza más de 15 días al mes). La gran mayoría de estas cefaleas son primarias, lo que significa que no se identifica ninguna causa subyacente que justifique el dolor; que no exista una causa subyacente no significa que el dolor no pueda generar un impacto grave en la vida de los pacientes que las sufren y de hecho son una fuente importante de incapacidad.

El diagnóstico correcto del tipo de cefalea que padece el paciente se hace fundamentalmente mediante anamnesis, es decir, preguntando por las características del dolor (localización, duración, frecuencia, síntomas acompañantes, etc.). Identificar el tipo de cefalea es crucial para plantear un tratamiento adecuado para la misma, tanto para aliviar el dolor cuando aparece como para tratar de prevenir su aparición.

Mareo es un término vago y son varias las causas que pueden generar este tipo de queja: problemas hemodinámicos (como bajadas de tensión arterial), otorrinolaringológicos (disfunción en la parte del oído que interviene en el equilibrio) o metabólicos (glucosa y otros metabolitos de la sangre), efecto secundario de fármacos y problemas neurológicos, entre otros.

Dentro de los problemas neurológicos que pueden cursar con mareo como síntoma guía, el abanico es extenso. De nuevo, la parte esencial en el abordaje de este síntoma es la entrevista con el paciente para evaluar las características del mareo y una adecuada exploración neurológica dirigida.

Es frecuente que los neurólogos valoremos a paciente que han presentado una pérdida de consciencia transitoria para intentar identificar la causa. La dicotomía diagnóstica suele encontrarse entre el síncope (una pérdida de consciencia motivada por una reducción transitoria del flujo sanguíneo cerebral global) y una crisis epiléptica. Aunque suelen ser sencillos de diferenciar si se hacen las preguntas adecuadas, en ocasiones puede ser más complicado.

Si bien los trastornos de la marcha y las caídas pueden tener multitud de causas no relacionadas con el sistema nervioso, son también de especial relevancia las causas neurológicas potenciales. Un neurólogo valora múltiples aspectos relacionados con el desempeño motor, la sensibilidad, la coordinación, el equilibrio estático y la marcha para decidir si el cuadro del paciente tiene su origen en una disfunción neurológica.

Una causa frecuente y que no pocas veces pasa desapercibida (sobre todo cuando no hay temblor o éste es leve) antes de la valoración por neurología es la enfermedad de Parkinson; es de especial relevancia ya que el correcto tratamiento de la misma puede radicar en una mejoría marcada de la calidad de vida de estos pacientes.